El artista en ascenso, Emiliano Aguilar, que es mayormente conocido por ser el hijo mayor de Pepe Aguilar, recientemente brindó una entrevista, en la que confesó el triste luto por el que pasa, debido a que sufrió la trágica muerte de varios de sus amigos a manos del narcotráfico y de la delincuencia que existe en su natal Tijuana, destacando que creció perdiendo a sus “compas balaceados”.
Emiliano, pese a ser el hermano mayor de Ángela Aguilar, vivió una historia muy diferente al de sus hermanos menores, pues al ser el hijo del primer matrimonio del intérprete de Por Mujeres Cómo Tú, creció con su madre y lejos de su padre. El mismo rapero ha mencionado que su infancia y su adolescencia fueron de carencias, y muchos momentos traumáticos, debido a que creció en los barrios más peligrosos de Tijuana.
Ahora en el podcast, El Bordo Entertainment, decidió sincerarse sobre su oscuro pasado con las drogas y las malas decisiones, declarando que el que se volviera un marihuano es debido a sus fuertes traumas, que le dejaron problemas emocionales muy severos y que le cuesta superar: “Yo soy un adicto y la neta lo digo al chile, soy un adicto a la marihu… fumo mot… macizo, 30 churros al día. No es por querer fumar, es por problemas personales muy serios, por pedos emocionales, traumas. He visto a amigos míos balaceados, despedazados, son cosas que duelen”.
El intérprete de Soy Ese Vato, mencionó que “Tijuana no es un juego” y expresó el dolor de haber sufrido por la devastadora muerte de más de uno de sus amigos a causa del narco y la delincuencia, ya que fueron balaceados o incluso desmembrados, asegurando que estaba destrozado y ahora sabe que para evitar recaer debe de hablar y sacar lo que siente: “He estado hablando con mis compas y al día siguiente ya no están. Pasan muchas cosas que te destrozan el corazón, tengo el corazón bien roto y nada duele más porque he visto morir compas balaceados. Mucha gente no las vive”.
Lo que aprendí es que una adicción viene de ‘no hablar’. Por eso aprendí que no debo quedarme con todo en la mente, porque si te quedas, vas a tronar, y eso me ha pasado. La gente dice, ‘Ah, (los adictos) son malos y se lo merecen’, pero no es así. Cada quien tiene su sufrimiento”, agregó.
Finalmente, aseguró que su hija es su todo, es la princesa y reina de su vida que le da un motivo para salir adelante cada día de su vida, señalando que la soledad no es buena compañera y toda persona debería de contar con una red de apoyo para hacer la vida más llevadera: “Dure tres meses en darle un abrazo, porque yo andaba bien mal mi mente no sé, todos ocupamos ayuda, no puedes solo. La vida es más fácil con la ayuda de personas, dan ganas de llorar si no fuera por mi hija o por la gente que me está apoyando, no sé carnal”.