Adam Sandler se consolidó como el actor mejor pagado de Hollywwod, con ingresos millonarios que lo ubicaron por encima de figuras como Tom Cruise o Leonardo DiCaprio, logrando lo que pocos en la industria del espectáculo: una vida personal estable y lejos de los escándalos.
Su exitosa carrera, marcada por un lucrativo acuerdo con Netflix, convive con una rutina en la que el baloncesto, la música y las reuniones familiares son parte esencial de su día a día, informa Vanity Fair.
El acuerdo con Netflix que lo llevó a la cima
A sus 57 años, Adam Sandler es sinónimo de éxito en Hollywood. En 2023, encabezó la lista de los actores mejor pagados, según Forbes, con 73 millones de dólares en ganancias.
Detrás de esta cifra se encuentra su acuerdo exclusivo con Netflix, que le permitió protagonizar y producir numerosas películas, incluyendo Criminales a la vista, No estás invitada a mi Bat Mitsvá y El astronauta.
Con un estilo de comedia inconfundible, Sandler supo mantenerse vigente en la industria del cine desde su debut en la gran pantalla en 1989 con Going Overboard.
Su paso por Saturday Night Live durante cinco años consolidó su imagen como comediante y lo catapultó a la fama con películas como Billy Madison y Happy Gilmore.
A lo largo de su carrera interpertó papeles tanto en comedias familiares como en cintas de tono más serio, como Embriagado de amor, que le valió una nominación al Globo de Oro.
Pese a las críticas divididas que recibió su trabajo, Sandler consiguió un equilibrio entre el reconocimiento popular y el éxito comercial, acumulando premios como los People’s Choice Awards y, en el otro extremo, varios Razzies, conocidos como los anti-Óscar de Hollywood.
Un matrimonio sólido y dos hijas que siguen sus pasos
A diferencia de muchas estrellas de Hollywood, Adam Sandler logró construir una vida familiar estable. Conoció a su esposa, Jackie Titone, en el rodaje de Un papá genial en 1999, cuando ella tenía un pequeño papel en la película.
Jackie, originaria de Florida y con una carrera inicial en el modelaje, dejó su trabajo para dedicarse a la familia tras casarse con Sandler en 2003.
La boda, celebrada en la propiedad de Dick Clark en Malibú, reunió a 400 invitados, entre ellos su amiga cercana Jennifer Aniston y la presentadora Sharon Osbourne. Como detalle singular, su perro Meatball fue el padrino del enlace, vistiendo esmoquin y kipá.
El matrimonio tiene dos hijas, Sadie (2006) y Sunny (2008), quienes mostraron interés por la actuación y participaron en algunas películas de su padre, como Hotel Transylvania y You Are So Not Invited to My Bat Mitzvah.
La familia es muy unida, y esto quedó en evidencia en los Gotham Awards de 2022, cuando las jóvenes le rindieron homenaje con un discurso humorístico en el que agradecían a su madre por “soportar los cambiantes estados de ánimo de papá”.
Jackie, por su parte, demostró su sentido del humor al hablar sobre su esposo. Cuando Sandler recibió el premio al Mejor Actor en la Gala de la Junta Nacional de Revisión de 2020 por su papel en Diamantes en bruto, ella lo describió como “un disruptivo”, bromeando sobre su comportamiento en casa:
“Hace explotar el aire acondicionado y orina en el patio trasero… pero es tan divertido en la vida real como en sus películas”.
Una vida entre mansiones en Hollywood y escapadas a Florida
El éxito financiero de Sandler se refleja en su patrimonio inmobiliario. Tras su boda en 2003, adquirió una mansión en Pacific Palisades, que perteneció a Goldie Hawn y Kurt Russell, por 12 millones de dólares. La compra se produjo después de que Jackie quedara fascinada con la propiedad en una fiesta de Nochevieja.
En 2022, la familia amplió su lista de propiedades con la compra de un rancho en la misma zona por 5 millones de dólares, con planes de remodelación. Cuando no están en Los Ángeles, suelen viajar a Boca Ratón, Florida, donde Sandler adquirió un apartamento de vacaciones cerca de la casa de su madre.
A pesar de su fortuna, la familia prefiere reuniones privadas en su hogar antes que las grandes fiestas de Hollywood. Además, Sandler educó a sus hijas en el judaísmo, y sus respectivos Bat Mitzvá fueron eventos llenos de celebridades, con actuaciones en vivo de Adam Levine, Charlie Puth y Halsey.
Básquet, música y amistades duraderas en Hollywood
Cuando no está en el set de grabación, Adam Sandler se dedica a su gran pasión: el básquet. Es un seguidor fiel de los Lakers y asiste regularmente a sus partidos.
En su casa cuenta con una cancha privada y, cuando está filmando, busca gimnasios cercanos para jugar al menos un par de veces al día.
Además del baloncesto, la música también forma parte de su vida. Toca la guitarra y tiene un estudio de grabación en su hogar, donde compone sus propias canciones.
Su afición por filmar en lugares paradisíacos también marcó su carrera; cuando puede, elige rodajes en destinos exóticos como Sudáfrica (Luna de miel en familia), México (No te metas con Zohan) o en cruceros (Jack y Jill).
En el plano personal, su amistad con Jennifer Aniston fue una de las más duraderas en Hollywood. Se conocieron en la adolescencia y trabajaron juntos en varias películas, como Sígueme el rollo y Misterio a bordo.
Desde que Aniston hizo público su deseo frustrado de ser madre, Sandler tuvo el gesto de enviarle flores cada Día de la Madre.
También es cercano a Drew Barrymore y a la pareja de George y Amal Clooney, con quienes compartió vacaciones en el Lago de Como, Italia, destino recurrente de la familia Sandler durante los veranos.
Una vida sin escándalos en el corazón de Hollywood
A pesar de llevar décadas en la industria, Adam Sandler supo mantenerse lejos de las controversias y los excesos que suelen rodear a las estrellas de Hollywood.
Con una carrera marcada por el éxito comercial, un matrimonio sólido y una vida centrada en su familia y amigos, el actor demostró que la fama no está reñida con la estabilidad.
Desde su infancia en Brooklyn hasta convertirse en una de las figuras más influyentes de la comedia cinematográfica, Adam Sandler construyó una carrera a su medida, combinando el éxito financiero con una vida personal equilibrada.
Y aunque su estilo de humor no siempre convenza a la crítica, el respaldo del público y su dominio de la industria del entretenimiento lo mantienen en la cima.
